jueves, 21 de mayo de 2020

Todo termina

Todo termina


Solía pensar en el amor por la eternidad,
en la inmortalidad de un sentimiento,
como si el viento mismo fuese en mí,
si el sol estuviera en mi cuerpo maltrecho.

Conocí una mujer completa,
sus ojos bañados por el brillo del sol,
sus manos fortalecidas por el viento,
sus pensamientos inefables como el mismo cielo.

Entre sus manos me perdía en el tiempo
y en el espacio.
Entre su pecho encontraba consuelo y refugio.

Sus besos como fuego que no muere,
labios carnosos y suaves como durazno tierno.
La calma y la tranquilidad eran en sus piernas.

¿Qué pues sucedió para haber roto su corazón?
pasó que mis pensamientos se desviaron,
Los latidos de mi pecho voltearon hacia otro lado.
Mis ojos miraron lo que no debían.

Hoy sufro la consecuencia de dicha estulticia,
hoy mis dedos se pegan a la pluma,
hoy mis ojos lloran tinta y no lágrimas.
Lloro por dentro y hacia mis adentros.

Lamento cada palabra no escrita en estos versos,
estoico estoy, padezco su indiferencia
que bien ganada la he obtenido.

Como poeta sufro y los versos se hacen
como nace la mala hierba.
Como poeta me alimento del sufrir
de esa alma noble,
Sus lágrimas son mi tinta y sus sollozos
son el eco de mis versículos mudos.

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