sábado, 22 de marzo de 2014

Cerezos

Que los cerezos han muerto en otoño
pero mi corazón late sólo por tu amor.
Eso dicen quienes no han muerto de amor.
Quienes como hojas al viento vuelan sin maletas
y en su corazón el roto rostro de un pasado amor.
De las cerezas se percibe el rojo,
de los rojos que como grana se impregnan
en el alma de quien ha perdido el pecho por un gran amor.
En el aire los destellos aromas de agua caliente brotando
a raudales de sus ojos acaramelados que saben
a terciopelo y se someten a riguroso proceso de desamor.

Suena en el seol la campana del ayer y los ángeles
semejantes al hombre sin corazón
vuelan como buitres alrededor de ese roto corazón.
Soy presa de la esperanza, de la muerte no temo, un día llegará es seguro.
Mas la esperanza no muere y eso enferma a mi alma verde
que de día y de noche te anhela.
Es más segura la muerte que la esperanza.
Mejor es esperar la muerte que morir por la espera.

-Giezi Azael Mora López-

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