martes, 25 de marzo de 2014

Réquiem

Ven y dame del jugo de la muerte alegre,
para largos días andar en triste peregrinaje,
necesito tu agrio llanto para morir de aquejamiento
en el umbral de una vida sin contentamiento.

Un día vi tus luces a la sombra de mi amor
cobijarse en el río corazón de mi galante voz.
Fue boyante mientras llenaba de temor
tu lento y oscuro paso por mi vida Cronos traidor.

Como anhelo reposar en divino holocausto,
sentir la podredumbre en mis miembros tras morir,
tornar al polvo de donde no debí jamás salir,
pues en nada estimo mi savia sin tu floral augusto.

Mi alma lleva en esclavitud por amarte  sin mirar,
el vasto sendero de espinas de tu hilarante rosal.

-Giezi Azael  Mora López-

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