miércoles, 19 de marzo de 2014

Gracias

La madera de mi techo me invita a hacer
memoria de las cosas que creí olvidadas.
Figuras de cartón en la sombra de mi corazón.
Reposando de su camino, descansan por tiempo indefinido en el olvido
hasta que por causa de un sueño
se despiertan y regresan del olvido.
Hoy, nuevamente mi cuerpo y su lengua
te hacen daño por natural torpeza de mi corazón.
Aunque no quiera hacerlo lo hago, te lastimo.
Te causo heridas en el alma y hago
destrozos en tu corazón.
Y aunque pida mil veces perdón mil veces me perdonas.
No merezco tu amor. Eres mi mejor regalo.
Mi tesoro preciado dado a mí por el cielo de septiembre.
Pero lucho contra mi naturaleza.
Miento y vuelo. Enamoro y escapo. Soy cazador y presa.
Soy árbol torcido que no da sombra. Pero te amo.
Te amo como ama mi corazón enamorado.
Te amo como loco en primavera.
Como ave en verano. Mis ojos se escapan por las ventanas.
Miran otros cuerpos. Miran otras deidades.
Pero mi alma de tu mirada es esclava. Está ligada de sangre y carne
a tu alma de dulce amante.
Musa tierna y elegante. Te amo sin saber cómo.
Pero te amo. Gracias por ser mi dicha. Por haberme amado.
Gracias amada mía por el tiempo que estuviste a mi lado.
Fue un placer habernos seducido.
Habernos perdido en el fondo del pantano llamado pasado y futuro lejano.
Si no es mucho pedir.
Te pido que nos olvidemos mientras nos amamos.

-Giezi Azael Mora López-

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